Mordedura
La tristeza es más triste
cuando nace del gozo
de aquel gozo esfumante
que compartí contigo
y me muerde a mí sola
cuando menos lo espero.
Claribel Alegría
Que no te hiera una palabra
Una palabra oscura puede quedar zumbando
dentro del corazón.
Olga Orozco
Para mi hija Laura
Puedes quebrar una palabra en dos.
Puedes oír el crujido de la separación.
Puedes desmembrarla, destriparla, degollarla.
Puedes conservar una parte y lanzar la otra
como se lanza un guijarro al lago.
Puedes arrancar un trozo de palabra con los dientes.
Puedes masticarla hasta que no quede aire.
Puedes derretirla como un hielo en la lengua.
Puedes estrellarla, estamparla, espantarla
como se espanta una mosca con la mano.
Puedes pincharla con una aguja hasta desangrarla.
Puedes amordazarla, crucificarla, explotarla.
Puedes abandonar una palabra y echarte a andar.
Lauren Mendinueta
Estas palabras
Estas palabras quieren ser
un puñado de cerezas,
un susurro -¿para quién?-
entre una y otra oscuridad.
Sí, un puñado de cerezas,
un susurro -¿para quién?-
entre una y otra oscuridad.
Jorge Teillier
La cascada de tu pelo enredado
15 años naufragando en este salvavidas
Vuelta a la poesía
Otra vez vuelvo a ti.
Cansada vengo, definitivamente solitaria.
Mi faltriquera llena de penas traigo, desbordada
de penas infinitas,
de dolor.
De los desiertos vengo con los labios ardidos
y la mirada ciega
de tanto duro viento y ardua arena.
Abrasada de sed,
vengo a beber de tus profundos manantiales,
a rendirme en tus brazos,
hondos brazos de madre, y en tu pecho
de amante, misterioso,
donde late tu corazón como un enigma.
Ahora
que descansando estoy junto al camino,
te veo aparecer en cada cosa:
en la humilde carreta en que es más verde el verde de las coles,
y en el azul en que la tarde estalla.
Humilde vuelvo a ti con el alma desnuda
a buscar el reflejo de mi rostro,
mi verdadero rostro
entre tus aguas.
Piedad Bonnett
Sobre perder
No hay rebeldía sin luz
-dices tú-
pero aquí las cosas
oscurecen sin pausa.
Es como si también las calles,
las montañas
y los muros,
-digo yo-
supieran que este día es el fin de noviembre,
como si noviembre mismo lo supiera
y se diera
al placer
apresurado
de cerrar
el aire
entre los prados
y las paredes
de tu cuarto sin mí.
Y entre toda esta brisa,
tan grumosa,
recordaras
que tus cosas
y las mías
se están acumulando en el lugar de lo sombrío,
como si pudieran saber
que nos corre otra estación sin luz
y se rindieran por eso,
como yo,
al abrumado paso,
a la estación del crepúsculo
sin reparo,
a la voluntad de noviembre.
***
No hay rebeldía sin luz,
dice tú,
y nosotros,
oscuros los dos,
decimos
que el tiempo
es una cosa que pasa
o que no,
y nos da igual.
No como los que pierden
día y noche
buscando aire
en la palabra aire.
No como tú,
que dices oír venir un río hacia nosotros,
no como yo,
que sólo creo en el canto del desierto,
rumor de lo deshabitado.
Andrea Cote
El futuro es el libro
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Cuchillos
Estos poemas
Estos poemas
son las cosas que hago
en la oscuridad
alcanzándote
quienquiera que seas
¿y
estás listo?
Estas palabras
son piedras en el agua
que pasa.
Estos versos escuálidos
son los desesperados brazos de mi anhelo y de mi amor
Soy una extraña
aprendiendo a adorar a los extraños
a mi alrededor
quienquiera que seas
quienquiera que yo pueda llegar a ser.
June Jordan