Viaje infinito a Tebas
7 marzo 2014
Descoso la herida de la frente
con las mismas manos
con que abrí el ocaso. Un pálido
flujo se mueve desde
dentro, filtra el leve
ademán que indica
el giro hacia la noche.
Por la brecha volando
sale un pájaro -cruza el mundo
y reposa sobre el frágil
muro en que cantaba
el destino. De la herida
cae rodando la sesera -como
un dios que agoniza
clausurando posible paraísos.
En este lugar ya sobraba
todo atisbo de razón.
Las brasas se asfixiaron.
El sol no existe. Allá a lo lejos
quedan floreciendo los naranjos.
Miguel Veyrat
2 comentarios
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Rocío:
Bellísimo poema. Reluce más aún tocado por la gracia de tu mirada y por figurar en tu antología. Yo también «Descoso la herida de la frente» y me quedo ensimismado en la lectura de estas palabras y las que mi amiga, la poeta de Buenos Aires, Rocío Wittb, ha ido dejando en la creación de sus últimos poemas.
Sí, quiero leer más de Miguel Veyrat y, sobre todo, de Rocío Wittb.
Gracias, amiga mía, por derramar tu gracia y la de tus deslumbramientos poéticos.
Un beso,
Cecilio
Cecilio! Pero qué alegría! Gracias por tus palabras amigo mío, aunque la palabra «poeta» me queda enorme. Tengo un regalo para ti, en estos días te lo enviaré.
Un beso!